Todavía recuerdo salir de la facultad de derecho hace no mucho tiempo y empezar la lucha en el mercado laboral. Tal y como decía un amigo muy cercano de la facultad que acabó unos años antes que yo: “The Market is the jungle”, el mercado es la jungla. Esto es una realidad, y vamos a ver por qué.
Una vez que acabas la carrera tu familia, amigos y vecinos te felicitan porque eres un Graduado (antes licenciado) pero la realidad es que no dejas de ser uno más en un mundo en el que diferenciarse no basta solo con llevar una corbata llamativa y tirantes (algo que parece muy moderno pero sigue pareciendo raro).
El momento actual en el que vivimos está marcado por una alta competitividad a todos los niveles empresariales. Y entre estos niveles está el de la búsqueda de empleo, porque las empresas no siempre se pueden permitir contratar gente, y deben de priorizar y buscar cuál es el perfil más adecuado.
Hasta la crisis se buscaban perfiles profesionales en atención a los títulos (algo denominado como “títulitis”, y esto provocó que muchas personas falsificaran los currículos tal y como hacen los políticos. Pero esto es algo que salta a la vista cuando tienes que hacer algo que no sabes, y a partir de la crisis empezó a cambiar la mentalidad a la hora de contratar, buscando un perfil multidisciplinar, con idiomas y capacidad para adaptarse a trabajar en equipo en diferentes situaciones, y con muchas “soft skills” (que son las habilidades que no se aprenden en la universidad, tales como la oratoria, el liderazgo o la resiliencia).
Y dado que sobresalir en el mercado laboral supone que una mano se extienda y te elija en una empresa, hay que trabajar para conseguir brillar más que los demás. La mejor manera de brillar es especializándote en un sector de la profesión que has elegido estudiar. Aunque la realidad es que esto es totalmente discutible.
Existen muchos estudiantes que durante la carrera deciden especializarse en una materia, y llegado el momento en el que acaban los máster de especialización y empiezan a trabajar se dan cuenta de que la profesión no les completa. Y tengamos en cuenta un dato muy importante, las nuevas generaciones priman más encontrar un trabajo en el que encontrarse felices que otros factores como la posición o las ganancias.
Por tanto, muchos expertos recomiendan empezar a hacer prácticas durante la carrera en aquellas salidas principales que tienen las carreras que se cursan. Sobre todo ahora que el grado permite una adaptación curricular, y que las empresas optan con frecuencia por hacer contratos de prácticas.
A continuación, vamos a hablar de un tema bastante interesante para aquellos que acaban una carrera, y que es aquello que obtienes de un máster. Porque más allá del conocimiento un máster es un puente al mercado laboral especializado, que es dónde se encuentran la mayoría de ofertas de trabajo.
Qué vas a obtener de un máster
Lo más importante que vas a obtener es una visión más concreta de tu campo de estudio, a nivel científico, técnico y humano. La mayoría de los profesores de los master son normalmente profesionales del sector, que a diferencia de los profesores de universidad conocen de primera mano los pormenores del sector por encima de la teoría.
De esta manera, un máster te ofrece una opción para complementar tus estudios universitarios (que en las universidades públicas españolas tienden a ser eminentemente prácticos) por un conocimiento práctico que te aproxima a la realidad del sector profesional al que va orientado el máster.
Ten claro que un master es una inversión de futuro, y por ello escoger bien el máster que quieres realizar es importante. Has de examinar tanto al profesorado, como el temario del máster y la propia universidad. Algunos centros de prestigio te permiten además conocer contactos que en un futuro pueden abrirte puertas, además de construir amistades duraderas.
Un centro especializado en cursos de especialización en psicología, donde cada máster es una llave al mercado laboral, es el Instituto de Psicología Energética y Psicoterapia Humanista, que dentro de la línea humanista, prioriza el estudio de las emociones como energía que moviliza, motiva y mueve a la acción y cuyo mal funcionamiento está en la base de todos los problemas psicológicos.
