Seguramente todos hayamos oído alguna vez decir a nuestros padres o abuelos que la vida ha cambiado mucho en los últimos años, que ellos comenzaron a trabajar cuando eran niños, que todavía vestían pantalones cortos cuando acudían al trabajo. Los tiempos han cambiado mucho, pero sigue habiendo personas que comenzaron a trabajar en una determinada actividad profesional y por lo tanto un gran conocimiento de esa actividad y mucha experiencia acumulada, pero le falta la titulación o acreditación académica oficial. Para estas personas y para que tengan la posibilidad de conseguir la titulación académica sin necesidad de parar su actividad laboral para asistir a algún centro educativo, se han creado los certificados de profesionalidad.
Oficialmente un certificado de profesional es un documento que acredita a un trabajador en una cualificación profesional del Catálogo Nacional de las Cualificaciones Profesionales en el ámbito de la administración laboral. Cada uno de los certificados se corresponde con un perfil profesional determinado e incluye la formación asociada al mismo. Tienen carácter oficial y validez en todo el territorio nacional, siendo expedidos por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y los órganos competentes de las Comunidades Autónomas, pudiendo obtenerse a través de dos vías:
- Formación formal. Superando todos los módulos correspondientes al certificado.
- Vía no formal de formación o reconocimiento de la experiencia laboral. Cuando se haya obtenido el reconocimiento y la acreditación de todas las unidades de competencia que componen el certificado.
Los certificados profesionales se ordenan en 26 familias profesionales y en 3 niveles de cualificación.
Debido a la crisis sanitaria ocasionada como consecuencia de la pandemia del Covid-19 con fecha 01 de agosto del presente año se han adoptado medidas excepcionales para la flexibilización de la impartición de certificados de profesionalidad, de tal forma que, entre otras opciones, se podrá cambiar a la modalidad de teleformación la impartición de las acciones formativas aprobadas o autorizadas en la modalidad presencial siempre que el certificado de profesionalidad a que hacen referencia esté ofertado en la modalidad de teleformación. Esto es así salvo las tutorías presenciales y las pruebas finales de evaluación de cada módulo formativo, que habrá de realizarse de forma presencial, dentro del plazo de ejecución de la acción formativa.
En cuanto a la realización del módulo de formación práctica, cuando dichas prácticas sean imposibles de llevar a cabo debido a que las empresas hayan resultado afectadas por las consecuencias de la crisis sanitaria, la administración competente que autorizó o aprobó su impartición, podrá autorizar alguna de las siguientes medidas:
- Ampliar el periodo para la realización del módulo de formación práctica en centros de trabajo.
- Sustituir el módulo de prácticas en centros de trabajo por la realización de un proyecto vinculado a las actividades que deban desarrollarse en el entorno laboral del citado módulo.
- Sustituir el módulo de prácticas en centros de trabajo por el desempeño de un puesto de trabajo vinculado a las ocupaciones del certificado de profesionalidad.
- Realizar el módulo de prácticas en el propio centro de formación.
En las acciones formativas que se impartan en la modalidad de teleformación no se considerarán financiables los gastos de transporte, manutención y alojamiento de los participantes y formadores. Asimismo, la imputación de costes laborales, alquileres, espacios y equipamientos, instalaciones y cualquier otro que sea ineludible para las entidades de formación y las empresas durante el periodo de suspensión, que estén acreditados, podrán ser justificables.
Para la realización de las actuaciones de seguimiento y control de las acciones de los certificados de profesionalidad, se deberá poner a disposición de los órganos de control los medios necesarios para poder realizar la conexión durante la impartición de la formación, a la vez que deberá estar habilitado para generar registros de actividad, con el fin de comprobar los tiempos de conexión detallados de cada participante y permitir la identificación de los mismos.
Los beneficios del teletrabajo
El teletrabajo aporta múltiples beneficios tanto a la empresa como al trabajador, uno de los principales beneficios para el trabajador es facilitar la conciliación de la vida personal y laboral, y para aquellas personas que tengan personas mayores a su cargo o menores de edad, es un salto cualitativo en su vida, ya que pueden disfrutar y pasar más tiempo con los niños, acompañarlos o recogerlos en el centro escolar, ayudarlos a elegir y comprar su ropa favorita o llevarlos a las actividades extraescolares.
Además, otro de los beneficios del teletrabajo es que como podemos hacerlo desde la comodidad de nuestro hogar, también podemos aprovechar que estamos conectados a la red para lograr comprar la mejor ropa a los mejores precios. En este sentido, ahora que los tiempos están tan complicados, económicamente hablando, poder contar con el Grupo Reprepol es una de las mejores cuestiones y es que ellos son expertos en moda infantil de grandes marcas nacionales e internacionales y cuentan con una amplia selección de artículos para los más pequeños de la casa al mejor precio, por lo que así podemos vestir a los jóvenes sin tener que preocuparnos por gastar demasiado.