Durante muchas décadas en España, el gran sueño de una familia era que su hijo fuera a la Universidad. “Mi primer hijo universitario” decía con orgullo el padre entre sus amigos. Lo importante era entrar y decir que ya era universitario, luego ya lo que pasara, eso, ya no importaba. El postureo de aquellos años. En cambio, el padre que su hijo hacía Formación Profesional (FP) sentía vergüenza y se lo callaba. Por suerte los tiempos han cambiado. Y yo puedo decir que he estudiado FP y que gracias a ello tengo trabajo en Taldec, quizás otros universitarios no puedan decirlo.
Está claro que España se mueve gracias a los profesionales, y esos normalmente suelen ser salidos de la FP. Hay varias razones por las que recomiendo estudiar en este sistema. Ahora bien, con esto no quiero decir que sea mejor o peor que la Universidad, entiendo perfectamente que el que pueda tanto mentalmente como económicamente haga una carrera, pero también pido respeto para el estudiante de FP.
Lo que tengo claro es que son estudios más motivadores, ya que se trabajan contenidos específicos donde prima la aplicación práctica. Los exámenes memorísticos dejan de ser la clave de la evaluación del alumno. Talleres, trabajo por proyectos o el uso de aplicaciones informáticas son una constante en cada ciclo formativo. Por ejemplo en mi caso, enfoque mis conocimientos a la robótica industrial, un sector muy en auge.
Gracias a que todos los ciclos combinan la formación en las aulas de una escuela con formación en centros de trabajo. Existe siempre una aplicación práctica en la vida real. Recuerdo que fue durante unas prácticas cuando aprendí a utilizar una enfardadora de palets, que yo nunca había oído hablar de ello.
Otro de los factores buenos de la FP es que con un título de grado medio puedes continuar tu formación, una vez superada una prueba de acceso, cursando un ciclo de grado superior. Yo de momento no lo he hecho, pero no lo descarto en un futuro.
Y lo más importante, la inserción laboral de los titulados en FP ha aumentado en muchos sectores en detrimento de los titulados universitarios. Los últimos datos que yo manejo dicen que un 21,2% de la oferta de trabajo en nuestro país va dirigida expresamente a candidatos con formación profesional. En mi caso lo puedo confirmar porque nada más terminar mis estudios, logré entrar a trabajar en la empresa Taldec, donde puse en marcha todo lo aprendido sobre automatización y robótica industrial.
Se trata de un fabricante de maquinaria industrial donde me encuentro muy a gusto y valorado. Ahora quedo con amigos del instituto que se decantaron por estudiar en la Universidad y están sin trabajo. La mayoría de ellos me dicen que ojalá se hubiera metido a un módulo de FP, porque seguro que ahora tenían trabajo. No tengo una bola de cristal para saberlo, pero observando lo que hay a mi alrededor, puedo decir que no me equivoqué en la elección.
EN estos casos siempre tienes que hacer un análisis DAFO de lo que más te conviene. Lo de hacer caso a los padres ya no se lleva. El postureo de la Universidad ha pasado a mejor vida, ahora lo importante es mirar por ti y por tu porvenir. Echa un vistazo a la oferta de FP porque existen 26 familias profesionales y unos 140 ciclos formativos de grado medio o superior, seguro que entre todas, algo encuentras que se asocie a tus conocimientos y habilidades.